Las últimas medidas nacionales sobre el mercado laboral y la empresa no contribuyen a contrarrestar la desaceleración que se está produciendo en la creación de empleo y la actividad empresarial

El paro registrado descendió en Aragón en el mes de febrero tanto respecto al mes anterior (-3,04%) como frente a febrero de 2018 (-4,82%). Ha sido, por tanto, un mes con buenos datos de este indicador, el mejor de todas las comunidades autónomas mensualmente. A ello se suma el aumento de la población activa en un 0,47%. Así, la Comunidad Autónoma cerró el mes pasado con 66.962 personas en desempleo y 564.800 ocupados afiliados a la Seguridad Social.

También es positiva la comparación interanual, puesto que se reduce el paro registrado en 3.394 personas (-4,82%) al tiempo que se produce con un crecimiento de la afiliación en el mismo periodo de 12.025 individuos (2,18%); se crea, por tanto, empleo neto respecto al mismo mes del año 2018.

Diferente fue el comportamiento del mercado laboral nacional en febrero, con descenso interanual del paro (-5,22%), pero incremento mensual (0,10%) que rompe el comportamiento positivo de los cinco años anteriores en ese mes. El número de afiliados a la Seguridad Social sí crece mensual e interanualmente de forma similar a Aragón.

Por provincias, el paro baja en las tres aragonesas mensual (Huesca -4,95%, Teruel
-3,93% y Zaragoza -2,62%) e interanualmente (-7,59%, -4,82% y -7,59%, respectivamente).

Atendiendo a los sectores productivos, el paro registrado descendió en febrero en todos ellos en Aragón, encabezados mensualmente por el -4,14%  de Industria e interanualmente por el -13,24% de Construcción.

Los datos del mercado laboral aragonés y español de febrero son, por tanto, relativamente positivos, pero con algunos signos para la preocupación que, desde hace ya varios meses, muestran la desaceleración de la actividad económica y, con ella, de la recuperación de empleo, que continúa, pero se ralentiza.

En este contexto, no ayudan medidas adoptadas unilateralmente desde el Gobierno sin tener en cuenta el diálogo social y que inciden negativamente en la competitividad empresarial (desde el aumento de las cotizaciones sociales y el SMI, hasta políticas fiscales o que tratan de favorecer la igualdad con nuevas  cargas para las empresas).

Es precisamente el apoyo a estas y su actividad, facilitándoles el entorno más adecuado para su desarrollo, la mejor política para que continúe la mejoría del mercado laboral, que en Aragón supera ya los cinco años continuados de descensos interanuales del desempleo; pero en los últimos meses está reduciendo su diferencial positivo frente al conjunto de España.