Es imprescindible abordar una revisión fiscal que reduzca las cargas sobre empresas y ciudadanos, y ajuste ingresos y gastos públicos 

El mes de junio ha sido bueno para el mercado laboral aragonés, que ha registrado una reducción del desempleo del -2,26% respecto a mayo. Este descenso supone que hay en la Comunidad Autónoma 1.333 personas menos en paro, quedando el total de desempleados en 57.595 personas. La minoración ha sido mayor que en el conjunto de España, donde se ha situado en el -1,45%. 

Especialmente positivo es que sea la Industria el sector con mayor bajada del paro registrado en Aragón (-4,39%), seguida por la Construcción (-3,15%) y los Servicios (-2,57%) y la Agricultura (-0,74%). En volumen absoluto son los servicios los que alcanzan la mayor reducción de personas en desempleo (-1.054), ligada al inicio de la campaña turística estival. 

Este hecho también repercute en que Huesca lidere el descenso provincial con un -4,63% de parados. En Teruel, la bajada es del -3,22% y en Zaragoza, del -1,76%.

También son positivos los datos de afiliación a la Seguridad Social, que crece un 1,23% sobre mayo, por encima del 0,57% que lo hace en el conjunto nacional. El aumento de afiliados alcanza a las tres provincias, encabezadas nuevamente por Huesca (2,53%), seguida por Teruel (1,07%) y Zaragoza (0,94%).

Tanto los datos de paro como los de afiliación son también buenos en comparación interanual, si bien esta es poco significativa por tener como referencia un periodo de 2021 todavía con fuerte incidencia de la pandemia de Covid 19 y las restricciones de actividad asociadas a ella.

Aumenta la nueva contratación un 19,54%, frente al 7,83% que lo hace en España, creciendo un 17,43% los contratos indefinidos y un 21,20% los temporales.

No obstante, habrá que revisar en los próximos meses, con los datos de horas trabajadas estimadas, hasta qué punto los datos de paro y las nuevas figuras de contratación suponen un impulso sostenido del mercado laboral.

La continuidad de la evolución positiva del mercado laboral va a depender en gran medida de la evolución de la inflación, y en especial de los precios de la energía y las materias primas, que impacta directamente sobre la competitividad y cuentas de resultados de las empresas, reflejándose tanto en los precios como en el empleo y el consumo. 

De hecho, se calcula que las empresas españolas dejaron de ganar en 2021 alrededor de 100.000 millones y han reducido sus beneficios otros 6.000 millones en el primer semestre de 2022, lo que supone menor capacidad y previsiones de inversión y empleo.

En este contexto, sería necesario abordar con urgencia una revisión fiscal que reduzca las cargas sobre empresas y ciudadanos, y estimulando la demanda interna, y ajustando los ingresos y gastos públicos al igual que están haciendo empresas y ciudadanos.

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