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Preocupa el reducido nivel de inversión empresarial, que continúa en niveles muy inferiores a al periodo preCovid

Sus cifras y el descenso del número de empresas reflejan el estrechamiento de márgenes y la incertidumbre en la actividad empresarial, pese al crecimiento del último año

La Comisión de Coyuntura Económica de CEOE Aragón analiza la evolución de la economía y el tejido productivo en la Comunidad Autónoma

La inversión empresarial cerró 2023 en Aragón con un crecimiento interanual del 1,7% en bienes de equipo y del 0,5% en construcción, que contribuyó a situar el alza Producto Interior Bruto (PIB) en el 2,7%, por encima de las previsiones. Sin embargo, continúa en niveles reducidos, todavía inferiores  al periodo previo a la pandemia de Covid, frente al crecimiento del gasto público y la estabilidad del consumo privado. Así, en nuestra Comunidad Autónoma, la inversión en bienes de equipo fue a cierre de 2023 un 11,9% menor que la registrada en el 4º trimestre de 2019 y la inversión en construcción, un 10% inferior a la de esa misma fecha. En España los datos son, respectivamente, un 5,4% y 9,5% menores que en ese periodo, también con leve crecimiento el año pasado. 

La Comisión de Coyuntura Económica de CEOE Aragón, reunida hoy, considera “preocupantes” estos datos, que “con este ritmo nos va a costar mucho tiempo remontar”, ha explicado su Presidente, Félix Longás. Las empresas centran sus inversiones “en reposición más que en nuevos proyectos y en  digitalización, esencial para la competitividad”.

 

Frente a ello, el consumo público ha crecido un 11% en Aragón y un 12,4% en España, “un aumento que nos gustaría que fuese más destinado a inversión y noa gasto corriente”. El consumo privado prácticamente ha recuperado su nivel en Aragón, situándose solo un 0,5% por debajo de 2019, y lo ha hecho totalmente en el conjunto nacional. 

Estas cifras de inversión empresarial reflejan el recorte de márgenes que continúan arrastrando las empresas, vinculado a los elevados costes energéticos, financieros, de  materias primas y logística, aunque algunos de ellos se están estabilizando. A ello se suman el incremento de los costes laborales, especialmente en las cotizaciones sociales y los asociados a la elevada tasa de absentismo, especialmente por enfermedad común, así como a la presión fiscal y burocrática sobre las empresas, y la incertidumbre generada por la política económica del gobierno central. “

 “Aunque las empresas en conjunto han registrado aumentos de la facturación, estos están muy influenciados por el efecto inflacionista de la subida de precios, que implica menores márgenes y capacidad de acometer inversiones”, ha analizado Longás, que advierte “cierto desánimo” entre los empresarios.

Reflejo de las dificultades empresariales es, también, que el número de empresas inscritas en la Seguridad Social en Aragón: 40.576 al cerrar el pasado mes de marzo, todavía continúe 673 firmas por debajo del periodo preCovid. El conjunto de España ya ha sobrepasado las cifras de 2019 con 1.338.491empresas.

No obstante, Félix Longás ha destacado indicadores que pueden llevar a un crecimiento de la inversión privada en próximos meses y a dinamizar la economía, como las perspectivas de descenso de tipos de interés por el Banco Central Europeo en junio, la moderación de los costes energéticos y de algunas materias primas y la buena marcha de las exportaciones aragonesas.