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Descenso del paro en Aragón en agosto frente a su aumento en España y paliando parte del mal comportamiento en el mes anterior

Las dificultades para la actividad empresarial con los altos costes principalmente energéticos son un alto riesgo para el empleo, que lastran su recuperación

 El mercado laboral ha registrado un buen comportamiento global en Aragón en agosto, empujado por Zaragoza. Así, el número de parados registrados en el INAEM ha bajado respecto a julio un -0,74%, en 432 personas personas, frente al aumento nacional del 1,40% y su peor comportamiento en julio. En comparativa interanual, respecto a agosto de 2021, en ambos territorios ha descendido de forma similar: -12,73% en la Comunidad Autónoma y -12,29% en España.

La reducción mensual del desempleo en Aragón se ha concentrado en Zaragoza, con un descenso del 1,41%, mientras que ha crecido tanto en Teruel (1,05%) como especialmente en Huesca (2,32%). Sí continúa la bajada del paro en las tres provincias frente a los datos 2021, todavía con restricciones asociadas a la pandemia (-12,99%, -12,93% y -11,06%, respectivamente).

Por sectores, los decrecimientos han alcanzado a todos ellos tanto mensual (salvo Construcción) como anualmente, siendo especialmente significativos en la Agricultura (-5,10%  mensual y -17,83% anual). 
Negativo es el dato de la afiliación, que ha descendido tanto en España (-0,93%) como en Aragón (-1,01%) y sus tres provincias (-0,58% Huesca, -1,24% Zaragoza y -0,07% Teruel.

Con estos datos y sobre todo viendo la evolución global de los indicadores económicos, que reflejan el impacto de la inflación y especialmente de los costes energéticos en la actividad de las empresas y el conjunto de la economía, CEOE Aragón considera imprescindible actuar sobre estos graves problemas para evitar el deterioro del empleo.

El aumento de precios que sufren las empresas, al igual que afecta a los ciudadanos, está suponiendo para el tejido productivo un aumento de costes que, en la mayoría de los casos, no pueden trasladar a los precios finales porque supondría ahogar la demanda  tanto de los ciudadanos como de sus empresas clientes al retroalimentar la inflación. Esta situación, que se está traduciendo en paradas y ajustes productivos especialmente en la Industria, pone en riesgo la actividad empresarial y, con ella, el empleo y su evolución en los próximos meses.

Las políticas de la Administración, orientadas al gasto y que aumentan la presión sobre la deuda pública pese al fuerte incremento de recaudación, deben reorientarse y poner el foco en el apoyo a las empresas y la reducción del gasto para reconducir en lo posible la situación económica global y minimizar el impacto del alza de costes energéticos y recorte de suministros, asociados primordialmente al gas y su deriva inflacionista, que están sufriendo las empresas, trabajadores y ciudadanos.