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Aumenta el paro en Aragón en julio con especial incidencia en industria, servicios y agricultura

Los altos costes de energía y materias primas repercuten en la menor actividad y ocupación

El mercado laboral se ha comportado peor que el nacional en 7 de los últimos 10 meses

El mes de julio ha sido negativo para el empleo en Aragón. El número de parados registrados en el INAEM ha crecido respecto a julio en 1.077 personas, un 1,87%, frente al aumento nacional del 0,11%. Si bien el dato interanual refleja un 16,50% menos de parados que en julio de 2021, hay que recordar que el pasado verano todavía eran importantes las restricciones de actividad ligadas al Covid, lo que matiza este dato.

Consideramos preocupante desde CEOE Aragón, la subida del paro en la Industria (1,44%), un sector de especialización relativa en la Comunidad Autónoma y cuyas dificultades de recuperación reflejan el impacto negativo que los elevados costes, especialmente de materias primas y energía, están teniendo sobre su actividad. Esto también se refleja en los servicios (con un 2,50% de aumento del desempleo en julio), en gran parte actividades ligados al sector industrial y que también puede verse afectado en el plano de hostelería y turismo por estar más vinculado al turismo nacional y el freno de la inflación, que el conjunto del sector nacional. 

Entre ambos sectores suman 895 nuevos parados en el mes. Por su parte, la Agricultura, más influenciada por aspectos climáticos y estacionales, lidera el aumento porcentual del paro con un 9,09% (255 personas).

Con el dato de julio, Aragón suma ya siete meses de los últimos diez con un comportamiento mensual del desempleo peor que el del conjunto de España, pese a mantener su histórico diferencial positivo.

Por provincias, el aumento del paro en julio lo lidera Zaragoza (2,49%), seguida por Huesca (0,67%), mientras que en Teruel baja un -2,25%.

La evolución del desempleo exige prudencia en la valoración de la situación y perspectivas del mercado laboral aragonés, cuya tendencia en los próximos meses dependerá en gran medida de la evolución de la inflación, y en especial de los precios de la energía y las materias primas. La gran repercusión de la inflación sobre los costes, competitividad y resultados empresariales, y las previsiones de que continúe creciendo plantean unos próximos meses muy complicados, con el añadido de las restricciones rusas al suministro de gas en Europa.

En este contexto, además de medidas coyunturales de ahorro energético, es necesario abordar tanto en España como en Europa una revisión global del sistema energético y apostar decididamente por facilitar las tramitaciones de las instalaciones energéticas, especialmente de renovables, para evitar situaciones como esta en el futuro. Así mismo,  es urgente una revisión fiscal que reduzca las cargas sobre empresas y ciudadanos, estimulando la demanda interna, y ajustando los ingresos y gastos públicos al igual que está haciendo el sector privado y el conjunto de la sociedad.